Todo se basa en los pesos visuales, es decir, aquello que más llama la atención de nuestros ojos. Esto se basa en la psicología humana y nuestra forma de equilibrar, componen y comprender lo que vemos.

Así pues, el equilibrio – desequilibrio visual se puede generar conociendo cómo afectan los elementos gráficos a la psicología humana. Por ejemplo, podemos equilibrar una composición con la repetición de los elementos visuales por todo el plano visible, de modo que, estos elementos visuales generan una estabilidad porque hacen que el ojo se apoye gradualmente en todos ellos, llaman la atención por igual.

Para generar desequilibrio existen muchas formas. Por ejemplo, se puede potenciar un elemento como único y más fuerte en el plano, de modo que el resto contrasta con su existencia. Pero el desequilibrio, en resumen, se crea cuando varios elementos se disputan la atracción de la mirada y esto produce tensión.

Lo difícil es generar el equilibrio o desequilibrio que necesitamos con los diversos elementos visuales que componen la imagen.

Aquí expongo ciertos tipos de equilibrio reorganizados a mi gusto y que se basan en: posición, color, forma, textura y degradación.

TIPOS DE EQUILIBRIOS VISUALES

1. Equilibrio – Posición de los elementos pesados en el plano.

1.1. Los ejes visuales. El equilibrio axial es aquel que tiene la estabilidad de los ejes vertical y horizontal, porque efectivamente están presentes en la composición y las formas.

El equilibrio en las posiciones se basa en que la psicología humana reconoce como equilibrado un plano horizontal y una vertical. Estos son los ejes básicos de la estabilidad y del equilibrio visuales. Las formas inclinadas generan un movimiento que desequilibra, generan una tensión y llaman más la atención por ser estresantes para la vista.

1.2. La unidad. El equilibrio radial se genera con elementos de unidad, los que poseen el peso mayor y por lo tanto atraen al resto de elementos para que se articulan conforme a él.

Y se basa también en que las formas esféricas en un plano poseen equilibrio por sí mismas, debido a que son formas concentradas, giratorias, concéntricas (giran hacia dentro de sí mismas).

Vista de Delft de Vermmer

Vista de Delft pintado por Vermeer. Esta imagen tiene un fuerte eje horizontal sobre el cual se haya la aldea, potenciado con cielo y aguas que son tonalmente más claros.

2. Equilibrio – Colores. Armonía cromática y tonal.

Se basa en el conocimiento del círculo cromático completo y en saber distribuir los colores en el plano de la imagen.

Por una parte, la armonía dependerá de las relaciones entre colores complementarios (gama contraria de color) o adyacentes (misma gama). Y por otra parte de cómo se relacionan los colores de la misma gama o idénticos al estar situados por toda la imagen o en qué lugar. Si un color está por toda la obra, genera un equilibrio, puesto que en ninguna zona llama más la atención. Sin embargo, si predomina en un lugar, genera un punto de atención sobre él.

El equilibrio de color afectará directamente a las emociones y las connotaciones que los colores predominantes producen en el espectador, colores que desequilibran o tensan la imagen.

Noche estrellada de Vicent Van Gogh

Noche estrellada de Vicent Van Gogh. Tensión y armonía generada por los puntos de color amarillo que están por todo el cielo. La vista acude de unos a otros y se estabiliza en el conjunto.

3. Equilibrio – Formas. Jerarquía de tamaños.

La relación de tamaños entre las formas que existen y que han sido definidas por los trazos, por los colores, por las textura, por un material, o del modo que sea, pero que generan una forma, o incluso, generan una forma fusionada con otras formas. El tamaño y la posición en relación al conjunto generarán equilibrio si todo tiene el mismo poder de atracción, y por otro lado, generarán un desequilibrio si hay elementos más grandes y llamativos en el espacio.

Este tipo de equilibrio / desequilibrio en las formas promueve las ideas y el pensamiento en la obra.

La caza- Arte egipcio

La caza. Arte egipcio. En esta composición la figura principal e ideológicamente más importante es el faraón. Así atrae la mirada y todo gira a su alrededor.

4. Equilibrio – Texturas. Plasticidad y sentido del tacto.

Las texturas visuales o materiales generan un tipo de atracción de la mirada y por lo tanto tienen la capacidad de producir un tipo de equilibrio o desequilibrio en la imagen. Si la misma textura se repite por toda la imagen habrá equilibrio, si las formas que poseen la textura están colocadas en el cuadro de modo equilibrado, habrá equilibrio. Pero si hay un elemento con una textura que contrasta con el resto de elementos y texturas, entonces éste llamará más la atención y habrá desequilibrio.

Este tipo de equilibrio o desequilibrio tiene además la capacidad de despertar el sentido táctil del espectador.

Tapies

La pintura «Tapies» capta la atención sobre la tela que funciona como textura real y visualmente muy potente. El desequilibrio consiste en esta caída de la mirada hacia la tela.

5. Equilibrio – Degradación. Cambios visuales.

Las relaciones entre elementos gráficos iguales – parecidos – diferentes generan transformaciones visuales, narrativas que la vista genera al ir recorriendo.

El equilibrio, al encontrarnos con estos elementos relacionados, dependerá del grado de cambio y el contraste existente entre los elementos: si son más o menos parecidos.

Los degradados de color, los degradados de tono, las formas repetidas rítmicamente y que avanzan hacia otra forma, las texturas que avanzan hacia otras texturas, etc. son equilibrios de cambios visuales. En el contraste y enfrentamiento de elementos visuales distintos no hay gradación y por ello hay un tipo de desequilibrio producido por el cambio.

Las meninas de Velazquez

Meninas de Diego Velazquez. La degradación dentro del espacio absorbe suavemente el conjunto de elementos para generar armonía, estabilidad y equilibrio.

Conclusiones

El juego entre la búsqueda de equilibrio/ desequilibrio y la presencia de contrastes / tensiones entre elementos es una de las herramientas más complejas y es necesario entender la imagen para poder producir la obra que realmente estemos buscando.

Por supuesto, el equilibrio – desequilibrio no son buenos ni malos en sí mismos. Dependen de la personalidad del autor y del espectador. Cada persona conforme a su personalidad encuentra en la obra algo equilibrado o no que se corresponde con su mente. Por eso, a unos lo equilibrado les resulta agradable, mientas a otros les es desagradable.

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