Este tema trata sobre la amistad. La amistad de los pintores Picasso y Toulouse Lautrec, a finales del siglo XX. Un tema iniciado en un comentario y al que me gustaría añadir una reflexión sobre las amistades entre los artistas.
El baile en el Moulin Rouge de Toulouse Lautrec, 1890, Fuente de la imagen en Wikipedia.
Aquí presento el comentario que inicia este tema:
Recientemente he tenido la ocasión de visitar la exposición “Picasso/ Lautrec” que se presenta actualmente en el Museo Thyssen. El tema central de la muestra es mostrar la influencia que Toulouse-Lautrec, ya consagrado como uno de los líderes en el ambiente artístico del Paris de finales del siglo XIX, ejerció sobre el jovencísimo Picasso recién llegado.
En esta exposición se presentan obras “emparejadas” de ambos autores en las que claramente se observa esa influencia, no solamente en la temática sino incluso en la técnica, especialmente en los comienzos de su periodo azul.
Desde el momento en que lo conoció, Pablo se sintió embelesado por el ambiente que frecuentaba Henri y la fuerza con que lo representaba llegando en ocasiones casi a lo caricaturesco, y es muy interesante ver cómo esa fuerza aparece en la obra postrera de Picasso setenta años después.
Se hicieron grandes amigos, tanto es así que la famosa fotografía de Toulouse-Lautrec de cuerpo entero, de pié y apoyado en un bastón se mantuvo siempre a la vista en el estudio de Picasso al paso de los años.
Al salir de la exposición y recordar aquello que decía Picasso, “los buenos artistas roban, los malos copian”, se me ocurrió escribir el tema que expongo a continuación:
EXCESO DE MÉTODO VERSUS GENIALIDAD
El desarrollo evolutivo del homo sapiens a lo largo de los tiempos ha consistido fundamentalmente en observar, imitar y experimentar. El simio primigenio observaba, después imitaba y en una fase posterior podía quedarse en eterno imitador o arriesgarse a experimentar en búsqueda de algo que le satisfaciese más que lo que ya conocía. Si el experimento fracasaba y volvía a explorar, era señal de que estaba transformándose en homo sapiens.
En lo que se refiere a las artes plásticas siempre he creído que la genialidad está fuera de todo método. Por supuesto que aquel que desee expresarse mediante, por ejemplo, la pintura, tendrá que conocer los métodos y materiales elementales para hacerlo. Pero, y ese es el matiz que yo quisiera recalcar; tal vez le resulte más edificante para su futuro si en sus comienzos su “maestro” le enseña exclusivamente lo más elemental obligando a ese “aprendiz de artista” a tomar cuanto antes la repetitiva senda de presentimiento-acción-error en la que, solamente en muy escasas ocasiones, se le presentará la oportunidad de sentir la llegada de las musas.
Si el joven principiante es vigilado de cerca a todas horas y durante años por el avezado profesor, es muy probable que ese alumno llegue a manejar con soltura la experimentada técnica de su mentor y consiga realizar obras con una perfección cercana a la del maestro, de tal manera que esa semejanza será lo que acabará identificando su estilo personal.
Pero en mi opinión, tanto si se trata de asistir a clases presenciales como estudiar en libros o siguiendo algún programa audiovisual, lo primordial será definir claramente desde el inicio que es lo que se quiere, si “fabricar” o “crear”.
Si se trata de fabricar, será cuestión de llegar a manejar la técnica de la forma más automática y exacta posible utilizando las herramientas más idóneas; cuestión de robotizarnos.
Pero para crear no se necesita llegar a tanto; la técnica e incluso la herramienta tienen que tratarse con menos respeto y con más tolerancia en los errores ya que precisamente ese “error” es el que podrá separar la obra genial de la serie numerada. Hablo de desarrollar el espíritu, no de ganar dinero, porque en los tiempos que corren parece que se gana más dinero “fabricando” que “creando”.
Por otra parte, la libertad es el anhelo supremo del ser humano, de ahí su afán por ser único, por salirse del grupo para emprender en solitario su exclusivo camino hacia la genialidad. Como el niño que aprendiendo a montar en bicicleta empieza a pedalear tan pronto como su padre deja de sujetarle, así el futuro artista empezará a crear desde el momento en el que su maestro deje de corregirle al darse cuenta de que aquellos errores iniciales se van transformando en semillas de creatividad. Y al igual que el niño experimentará sus primeras caídas al soltarle, así el novel creador empezará a conocer las dificultades que tendrá que ir superando en su camino hacia el éxito.
Pertrechado como equipaje fundamental de su afán por aprender y agudizando al máximo sus sentidos de percepción, emprenderá el camino que le llevará a conocer a los grandes maestros a través de sus obras.
Aunque nunca le olvidará, ha dejado a su primer maestro para convertirse, no en “autodidacta”, sino en “multididacta”.
Y así, sin parar de descubrir, tal vez llegue a vivir algunos momentos de aquellos a los que se refería Edgar Degas cuando decía: “solamente cuando ya no se sabe lo que está haciendo, un pintor hace las obras buenas”.
Saludos,
Graciano
Ficha de la exposición en el Museo Thyssen
Muchas gracias por este interesante comentario que compartes con todos.
La amistad entre los artistas
Un tema muy bello, por la amistad que existió entre ambos artistas y por la energía creativa que se inspiran mutuamente.
¿De dónde sale la energía para pintar, las ganas de hacer un dibujo, de guardar la belleza en un papel o de recrearse con los pinceles? Quizás son esas influencias que recibimos de los demás, de artistas precedentes y de otros contemporáneos.
Una de sus más avanzadas pinturas, de 1890, es el baile en el Moulin Rouge, foto presentada al inicio del tema. Esta obra alegre y dinámica es un reflejo de la vida parisina de la época. Es una obra admirable y es lógico que Picasso fuese un gran admirador de este pequeño hombre de gran talento y coraje.
Toulouse Lautrec falleció el 9 de septiembre de 1901, con tan solo 36 años. Picasso tenía 20 años.
En octubre de 1900, Picaso visitó París con Casagemas para asistir a la Exposición Universal, En París se instaló en el estudio de Isidre Nonell, artista catalán que Picasso conocía del grupo Els Quatre Gats. Aquí es cuando conoció a Toulouse Lautrec.
La obra de Nonell, junto a la de Toulouse-Lautrec, influyeron en gran medida en el estilo de Picasso de esta época, lo que puede apreciarse en obras como La espera (Margot), que puede verse en este enlace: http://www.bcn.cat/museupicasso/ca/colleccio/mpb4-271.html
También pintó la Bailarina enana y El final del número, ambas de 1901.
Sin duda, en esas obras Picasso muestra la huella de cariño que Lautrec dejó en él.
La libertad que expresaba Toulouse Lautrec en sus obras debió de ser una sacudida muy fuerte para Picasso, que así empezó a liberarse de ese arte realista y bien visto por los demás.
En 1901, tras el suicidio de su amigo pintor y poeta Casagemas , empieza el periodo azul de Picasso, el periodo más triste y melancólico del pintor : Periodo azul
Sobre el tema del maestro y el alumno… yo creo que no se puede pintar exactamente igual que otro. Puedes copiar un cierto tiempo pero después, por fuerza, tiene que evolucionar, y lo aprendido se adapta al carácter del artista. De otro modo, efectivamente no se puede ser creativo, se trata de un trabajo mecánico.
Creo que fue una gran suerte que Picasso tuviese contacto con uno de los pintores más importantes de la época, para continuar así con su trabajo. Picasso destaca por ser un pintor muy inteligente y supo ver la calidad expresiva de Lautrec y aprender de él.
Joven Picasso con 21 años.
Sobre el EXCESO DE MÉTODO VERSUS GENIALIDAD:
Creo que el genio de Pablo Picasso tenía mucha conciencia de lo que hacía: fue un alumno durante toda su vida, no dejó nunca de experimentar y nunca se conformó con un único estilo o forma expresiva. Por ello hizo tanta obra y muchas son experimentos raros. Quizás se podría decir: exceso de obra para llegar a la genialidad.
Y Toulouse Lautrec era un genio inconscientemente. Su pasión y enamoramiento de la vida moderna en París le fue guiando en su arte. Quizás se podría decir: exceso de pasión, si bien encaminado, te lleva a la genialidad.
Picasso vivó muchos años y generó una obra enorme, mientras que la vida de Lautrec fue corta pero con obras revolucionarias. Ambos supieron ser auténticos y aprovechar sur vidas al máximo. Ambos son hoy en día nuestros maestros.
Biografía de Toulouse Lautrec: https://es.wikipedia.org/wiki/Henri_de_Toulouse-Lautrec
Biografía de Pablo Picasso: https://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Picasso