LAS SOMBRAS JAPONESAS
Tanizaki era un novelista que escribió sobre la belleza que los japoneses aprecian en las sombras en un pequeño librito llamado «Elogio de la sombra». Es una excelente reflexión sobre luz y sombra en casas, espacios cerrados, objetos, materiales e incluso en personas.
Como buen japonés, defiende, entiende y aprecia la tradición de sus antepasados por las sombras. Por ejemplo contrasta las diferencias con los occidentales en:
– El papel blanco y brillante europeo CONTRA el Papel Chino y el Shoho (papel japonés de alta calidad y muy blanco pero que absorbe la luz y resulta aterciopelado).
– Los objetos brillantes y pulidos CONTRA los materiales naturales que envejecen con el paso del tiempo y el desgaste o «lustre de las manos».
– Diamantes CONTRA la Piedra de Jade. De esta piedra dice: «esos bloques de piedra extrañamente turbios que atesoran en la más recóndito de su masa unos fulgores fugaces y perezosos, como si se hubiese coagulado en ellos un aire varias veces centenario»…»esa piedra es especialmente china».
– Brillo superficial y gélido CONTRA los reflejos profundos, algo velados.
– Limpieza CONTRA suciedad de la que dice: «los extremo-orientales la conservan valiosamente y tal cual, para convertirla en un ingrediente de lo bello. ..nos gustan los colores y el lustre de un objeto manchado de grasa, de hollín o por efecto de la intemperie, y que vivir en un edificio o entre utensilios que posean esa cualidad, curiosamente nos apacigua el corazón y nos tranquiliza los nervios. »
Tanizaki valora dentro de las sombras su capacidad de absorber el tiempo, el rastro humano, la erosión, la aparición de la vejez y la historia, la metamorfosis de la materia, la profundidad, la quietud y la sabiduría. Sabe encontrar dentro de una sombra una historia milenaria donde se almacenan ocultos secretos del pasado.
Habla también de la belleza de una luz incierta, temblorosa, o de los destellos del oro cuando está en la oscuridad y es capaz de recoger la poca luz que le llega. Habla de cómo valorando tanto las penumbras, hacen que sus mujeres tengan la piel más blanca del mundo que incluso cubren con pinturas blancas sin brillos y pintan de azul sus labios.
Y dice «Creo que lo bello no es una sustancia en sí, sino tan solo un dibujo en sombras, un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de diferentes sustancias. Así como una piedra fosforescente, colocada en la oscuridad, emite una irradiación y expuesta a plena luz pierde su fascinación de joya preciosa, de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de sombra.»
PINTEMOS SOMBRAS
En mi opinión, efectivamente, las sombras son las que hacen valiosa la luz, igual que la muerte nos hace revalorizar la vida, la escasez nos hace apreciar más lo que tenemos o el dolor resalta el valor del bienestar.
En pintura el artista tiene que comprender el valor de una sombra para saber representarla y hacerle cumplir su misión en la obra pictórica. Aprender a distinguir los tipos de sombra, que se basa en el estudio de los Tonos y los Matices de color. Apreciar la luz, su movimiento, su calidad y los reflejos que se relacionan con los materiales y el espacio.
En definitiva, el elogio de la sombra de Tanizaki es muy aconsejable para aprender a ver las sombras, y una vez vistas y comprendidas, comenzar la práctica de la pintura.
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