Pintar sobre una tela sin imprimar, simplemente sobre la tela cruda, al natural, es una técnica poco famosa pero que si han llevado a cabo algunos artistas en la historia.

Un comentario en el blog me ha hecho pensar en esta posibilidad, pues la ventaja es que sin bastidores se pueden almacenar muchos más cuadros con menos espacio, se pueden enviar por correo con menor peso y también tiene su atractivo plástico.

Buscando apoyo en las obras de artistas famosos he encontrado algo más de lo que esperaba.

Algunos ejemplos de pinturas sobre telas sin imprimar

Autorretrato de Gauguin con el retrato de Bernard

Autorretrato de Gauguin con el retrato de Bernard, ‘Les Miserables’. Óleo sobre tela de 45 × 55 cm. Museo Van Gogh, Amsterdam. Pintado en la tela sin imprimar, para resaltar su textura.

Degas, Morisot, Van Gogh, Bernard y otros artistas que también habían sido influidos por el «primitivismo», pintaron en telas sin imprimar para conservar la textura y rudeza pictórica.

Otra generación de pintores interesados por pintar sobre la tela sin imprimar, o tela al crudo, fueron los pintores del Expresionismo abstracto y destacan los que dentro de este movimiento derivaron al estilo del «Campos de color» (en lugar del «Action Painting»). Este grupo permite ver la tela cruda, sin imprimación como parte de la imagen. Por ejemplo Helen Frankenthaler:

La naturaleza aborrece el vacío de Helen Frankenthaler

Helen Frankenthaler «La naturaleza aborrece el vacío», pintado en 1973.

La técnica se conoce como Soak stain (mancha de empapado). Tiene un efecto de acuarela pero está pintado con óleo. Una de sus obras más famosas se titula Montañas y Mar, un entrelazado de manchas y líneas con una pintura muy diluída que se mete en la tela.

Montañas y mar de Helen Frankenthaler

Montañas y mar de Helen Frankenthaler, 1952.

James Rosenquist también usaba las telas sin imprimar en algunas de sus obras, y también se le incluye en la técnica Pintura de campo de color:

James Rosenquist, Pan blanco

White Bread (Pan Blanco), 1964, óleo sobre tela de James Rosenquist.

Pensando en pintar sin preparar la tela

El tipo de tela va a influir mucho en la obra. Si la tela es más rígida por si misma, será más fácil de pintar, pues la tela sin imprimar es demasiado blanda (aunque flexible) y el pincel difumina la pintura porque la tela absorbe demasiado. La tela debe tener un gramaje grueso.

Quitar el bastidor al cuadro después de pintar la tela imprimada también es una opción para el fácil almacenaje, pero la tela imprimada debe permanecer en plano para no romper las capas de pintura y la propia imprimación.

¿Por qué no se utiliza más esta técnica de no imprimar las telas?

Porque la imprimación y los barnices fortalecen las pinturas frente a las temperaturas que producen grietas y frente a los hongos, que se alimentan de las pinturas con elementos orgánicos como el aceite.
Aunque los cuadros siempre van a ser sensibles a:

  • Las temperaturas muy altas o muy bajas. Se aconseja un ambiente de 20º.
  • La humedad, hongos y polvo. Por eso es bueno barnizar las obras una vez acabadas.
  • La luz directa del sol, pues algunos pigmentos o pinturas se aclaran con la luz.

¿Es aconsejable pintar sin imprimación?

Cada uno decide su arte. Muchos artistas en la historia lo han acabado haciendo porque la necesidad de pintar es más fuerte, porque se quiere mantener la textura de un tejido o porque se pueden almacenar mejor las obras realizadas. Se tiene que poder, por supuesto, si tomamos además ciertas medidas para evitar que las pinturas se cuarteen por enrollar excesivamente la tela.

Para hacerlo hay que cumplir con dos premisas:

1- Que la tela no tenga arrugas indeseadas (planchar la tela bien antes de pintar, humedeciéndola si es necesario).

2- Guardar la tela ya pintada siempre en plano, sin enrollar la tela, lo que la mantendrá mucho mejor. Otro modo es utilizar la pintura bastante diluida o puntillista, por ejemplo, de modo que la técnica no genere una capa densa y dura de pintura, imposible de enrollar.

Sobre la elasticidad de las pinturas

Solo algunas pinturas acrílicas son elásticas. El grado de elasticidad del óleo es mínimo, y es por ello que al soltarse la tela en un bastidor, puede provocar grietas, y se debe estirar de nuevo usando cuñas o reactivando la imprimación (mojando con una brocha la tela por su parte posterior). En definitiva, el óleo debe permanecer plano o que la técnica usada diluya mucho la pintura con trementina, para que así no se forme pasta dura de color que se rompería al doblarse.

Cualquiera que sepa más sobre este tema puede añadir aquí su comentario, sus experiencias, pues necesitamos ampliar la técnica de pintar sobre la tela directamente, logrando al mismo tiempo una buena técnica. ¡Gracias!

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